Los efectos de la separación son dañinos para los niños, incluso muchas veces más que la muerte de uno de sus progenitores. El divorcio los lleva a ser más propensos a depresiones, ansiedades, tener dificultades en la escuela, a relacionarse con otros niños, a desarrollar sus habilidades, etc. Muchas veces los niños que provienen de padres divorciados sufren problemas de salud, de conducta y emocionales, y no nos damos cuenta de donde proviene el problema.
El divorcio es una situación complicada y desagradable para todos los involucrados, pero siempre es más difícil para los niños a cualquier edad. Por eso existen ciertas reglas de oro que no podemos dejar a un lado al momento de educar y proteger a los hijos.
Entre las reglas que debes considerar si eres un padre o madre divorciado, están:
- Nunca le mientas a tus hijos. Por más incómoda que sea la pregunta que te hagan tus hijos, es importante ofrecerle una respuesta sincera.
- No sustituyas el tiempo para compartir con tus hijos con regalos. Usa el tiempo para jugar, compartir, hablar, mimos, orientación, etc.
- Habla con tus hijos sobre sus deseos y aspiraciones. Hazle entender a tu hijo que el divorcio no es un obstáculo para que reciba todo el apoyo para su crecimiento y desarrollo como ser humano. No permitas que el niño se sienta culpable del divorcio. Es importante hacerle entender que está equivocado.
- No prives a tus hijos de hablar con su padre o madre. Tú también puedes hablar con tu expareja en el momento que sea necesario.
- El día de visita para alguno de los padres se debe evitar cualquier conflicto o discusión.
- No uses a los niños como mensajeros o mediadores. Este es un gran error.
- Si tu expareja decide construir una nueva vida, no interfieras, tampoco debes interponer a los niños entre esta nueva relación, ya que de esta forma lastimaras es a tus hijos.
- El divorcio no significa que debes abandonar a tus hijos, te separas de la pareja, pero no de ellos.
Esther R.